La aporía venezolana Deberíamos estar inmersos sin
mayores preocupaciones, en la tradición de los
preparativos para la celebración de la Navidad, la más
hermosa de las festividades cristianas.

La aporía venezolana
Deberíamos estar inmersos sin mayores preocupaciones, en la tradición de los preparativos para la celebración de la Navidad, la más hermosa de las festividades cristianas: la llegada del *Niño Jesús* al mundo.
Es la época en que las personas se reúnen para festejar, dar gracias al Señor y orar por la salud y el bienestar familiar, de nuestros compatriotas y de la humanidad.
Pero ahí está la
paradoja porque mientras esperamos la Natividad, a la vez estamos nerviosos viviendo una de las situaciones más difíciles y confusas en Venezuela desde que tengo uso de razón.
Pasará la Navidad, vendrá el Año Nuevo y los Reyes Magos el 6 de enero, pero la nación entera, de por si, agobiada por la situación económica y la conflictividad política solo está pendiente de lo que nos ocurrirá el 10 de enero cuando dos presidentes afirman que tomarán posesión de la banda presidencial para dirigir el País hasta el año 2031.
Uno está fuera y el otro ejerce el poder desde el año 2013 y amenaza con apresar al primero al poner pie en Venezuela lo cual no presagia nada bueno.
Esto es absolutamente anormal, absurdo y contradictorio.
No recuerdo haber visto un caso similar en la historia reciente del mundo.
Por eso me limito a desear a todos unas Navidades tranquilas, en familia, pero a la expectativa de lo que pueda suceder en nuestra sufrida y convulsionada Venezuela.
Hasta el final.
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